Para leer en calma. Como en una tarde de estío, mientras se acerca sosegado el ocaso.

Siempre que no tengas algo mejor que hacer, claro....

viernes, 21 de junio de 2019

Donde se propone un viaje


      Nuestras Ítacas...

Antiguo convento franciscano de Santa María de Jesús -construido entre 1560 y 1620- sobre el cerro de San Miguel en Atlixco, Puebla -México-. Atrás, imponente, el Popocatépetl

“Ahora digo —dijo a esta sazón don Quijote— 
que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”  
Miguel de Cervantes  -Quijote, 2ª Parte, Cap. XXV-

"La Leyenda Negra con que la Reforma se ingenió para denigrar la empresa más grande y más noble que conocen los siglos, sólo tuvo calidez en el mercado de los tontos o de los interesados" 
Eva Duarte de Perón

 “El nacionalista cree que el lugar donde nació es el mejor lugar del mundo; y eso no es cierto. El patriota cree que el lugar donde nació se merece todo el amor del mundo; y eso sí es cierto” 
Camilo José Cela


Bueno. Como en todo comienzo, buscamos una justificación. En mi caso va a ser la llegada del verano. En este tiempo cada quién va organizando a su medida sus -con seguridad- más que merecidas vacaciones. Van a ser días de necesario relax: familia, amigos, sol, playa, montaña, viajes, y también –espero- libros interesantes.

En materia viajera -y por extensión de lecturas-, y por lo que también el tiempo nos va regalando de experiencias, hemos descubierto que, al mismo tiempo que se proyecta la llegada a destino final, se  puede disfrutar con igual placer del trayecto, del íntimo aprendizaje que se adquiere en cada etapa del camino.

Los que compartan esta convicción probablemente conozcan el tan evocador poema “Ítaca” escrito por el alejandrino Costantin Kavafis. Sin duda uno de los más bellos poemas sobre el sereno placer de viajar –de vivir, seguramente- que se han escrito.


Estoy convencido también que cuantos conocen este poema tienen una percepción muy clara de su mensaje. Las  Ítacas son lo que cada viaje –cada experiencia - va provocando en nosotros. El transitar sereno, el goce sensible, el conocimiento de lo nuevo en sus diversas facetas, internalizando sus visiones, sus olores y sus sabores. Su esencia en suma, enriqueciéndonos en experiencia gracias al recorrido. En este poema el mar y cielo, las historias y los mitos pueden ser de cualquier parte del mundo, y no necesariamente del Egeo. Kavafis no tiene la intencionalidad de presentar los lugares que rodeaban a Ulises, sino aquellos con los cuales cada viajero puede identificarse mirándose a sí mismo.

Las reflexiones anteriores me resultan especialmente idóneas para este otro viaje  a Ítaca que me atrevo a plantear a los lectores. Solamente les hago una advertencia: se trata de un viaje sin retorno. Los que ya lo emprendimos en su momento seguimos comprobando día a día que nos sumergimos en un aprendizaje fascinantecautivador, único.

Un viaje que implica a la vez tanto un discurrir geográfico -de lugares, caminos, naturalezas, climas, paisajes, sonidos, aromas, texturas, colores y sabores–, que se antoja inabarcable; como un reencuentro emocional.

Emociones que nos despierta descubrir todo un  mundo lleno de Historia, de leyendas y pasiones; de hombres, dioses y poetas;  de océanos, barcos y marinos; de soldados, guerreros y fortalezas; de heroicidad, filantropía y fanatismo; de misterio, santería y magia; de caminos, iglesias, misiones, escuelas y universidades; de arte, arquitectura y urbanismo; de rutas y comercio; de lenguas, razas, amores y mestizajes…, tan diferente de nuestro entorno cotidiano y al mismo tiempo, tan  cercano y familiar. 

La Hispanidad. Nuestras Ítacas

Y es que los españoles tenemos la inmensa fortuna de, además de ser parte relevante de la cultura grecolatina y mediterránea, haya querido el destino que extendiéramos esta excelsa herencia cultural –modelada, si, de religión cristiana-, al realizar por nuestros propios medios una hazaña histórica de expansión geográfica transmisión cultural que no encuentra equivalente en toda la historia de la Humanidad. Se trata de lo que constituye hoy día este inmenso espacio histórico, geográfico, de idioma y de cultura al que llamamos la HISPANIDAD (1).


Por razones de trabajo tengo la suerte de viajar con frecuencia a Hispanoamérica –de hecho estas reflexiones provienen en gran medida de las horas muertas de aeropuerto, de avión y de hotel en esos viajes-, y también de tener excelentes amigos allí, y por tanto de haber podido disfrutar parte de la huella cultural que dejaron nuestros antepasados –que son los suyos- en este continente hermano. Tienen en su inmensa mayoría un gran cariño por España, y es muy estimulante conversar y compartir experiencias con ellos –obviando a los demagogos esporádicos-.

Sin embargo causa mucha tristeza regresar a España y ver la poca querencia por nosotros mismos y el gran desconocimiento de la influencia cultural que ejerce nuestro país, y que todavía hoy tenemos los españoles, tan implantada además en ciertos círculos sociales supuestamente "ilustrados", tan lamentable –cuando no tan cateto- de escuchar y/o leer, ciertamente.

https://www.thisistherealspain.com/ciudadania/una-cultura-de-referencia-internacional/

Y es que resulta que al parecer, la idea de España como país de primer nivel (3), consolidado desde hace tiempo como democracia más que ejemplar y pauta a seguir en muchas áreas del desarrollo, además de la influencia que ejercemos –aún sin saberlo- en el mundo, tiene actualmente muchos más detractores dentro que fuera de nuestras fronteras, tanto refiriéndose a su momento actual como también a su historia –reciente y pretérita-.

Muchos de éstos detractores no tienen ya remedio. A ellos no me dirijo. Los ya adoctrinados, los radicales, los fanáticos, los sectarios, los frentistas, los del cuento, los de la taifa y los de la supina incultura que sigan con su turra, nada les hará cambiar. Tampoco nada de lo que digan ellos me hará cambiar a mí…


Prefiero dirigir estas sugerencias a personas de mentalidad abierta e inquieta, de lectura crítica y a la vez serena; de mirada amplia y sobre todo de curiosidad permanente. Más aún, y aunque obviamente quisiera atraer a todo tipo de lector “curioso”, me gustaría especialmente despertar interés en las personas que se consideran a sí mismas más del espectro “progresista” de nuestro entorno.

Por lo que yo he visto, muchas de estos “altruistas” paisanos nuestros miran la historia española –cuando la miran- con mucho recelo y mayores prejuicios. Con bastante complejo en definitiva. Y es un gran error. La historia de España no es una ideología. Se pueden perfectamente reconciliar con ella manteniendo su pensamiento más “social y universal”. Se quitarán probablemente un peso de encima y vivirán más conformes con el gran país que afortunadamente tenemos. Españolismo Ilustrado, si se  me permite. Estáis todos invitados.


Dos espacios de acercamiento

Como equipaje vital, este otro Viaje a Ítaca a realizar cubriría en mi opinión dos espacios de conocimiento o experiencia que veo esencial plantearse al mismo tiempo:

El primer espacio al que invito al lector consiste en descubrir por sí mismo, investigar, visitar en la medida de sus posibilidades- y en todo caso conocer mejor aquellas historias y lugares relacionados con el periodo que va desde finales del siglo XV hasta principios del XIX. Indagar libres de tópicos para desentrañar uno de los episodios más fascinantes de la Historia.

El segundo espacio de acercamiento en el cual me gustaría poner mi grano de arena para corregir es el -a mi juicio- tristemente generalizado desconocimiento general  -casi desapegoque hay en España sobre todo lo que significa Hispanoamérica en la actualidad, su pensamiento, su desarrollo, su cultura, su sociedad, su día a día y sus expectativas, aunque sea en forma de pinceladas 

Exponemos brevemente ambos aspectos:

Más de 300 años de las Españas


Invito a mis lectores a iniciar sin demora el fascinante viaje por los más de 300 años que abarcan desde la unificación de reinos en España, la expansión mediante la navegación, la exploración y los descubrimientos. Y derivado de esto, el encuentro con diferentes culturas, y las subsiguientes guerras y conquistas que se dieron. Con sus claroscuros, por supuesto. Y después y principalmente –por ser más desconocido-, como se pudo lograr toda la organización y administración por ese tiempo de este inmenso espacio común de convivencia.



Por su extensa duración, resultará preciso indagar sustancialmente sobre cómo se desarrolló la organización de este vasto Imperio en los distintos Virreinatos, cómo era el funcionamiento de la Sociedad Civil, así como la relación con los Indígenas y la población autóctona. Las iniciales encomiendas y los posteriores derechos y obligaciones para con la población.

Esto sin dejar de lado el desarrollo que en su caso se diera  de la industria y el comercio, las escuelas, las iglesias y las universidades, el pensamiento filosófico, económico y social, y también en qué consistió en su momento el tan injustamente desconocido Humanismo e Ilustración Hispanas... 

"Los principios teóricos de la economía de mercado y los elementos básicos del liberalismo económico no fueron diseñados, como se creía, por calvinistas y protestantes escoceses, sino por los jesuitas y miembros de la Escuela de Salamanca durante el Siglo de Oro español."
Friedrich A. Hayek, economista austriaco y premio Nobel de economía

Por supuesto deberemos analizar en su contexto la importancia que tuvo en todo este proceso la Iglesia y los tribunales eclesiásticos, así como las controversias éticas y morales que provocó la conquista en España. Y derivado de esto, la novedosa legislación que se instauró al efecto, base del Derecho moderno de gentes y del Derecho Internacional, precursora también de los primeros Derechos Humanos.

Y como no, para el final de esta magna empresa, invito al estudio sosegado del entorno en el cual se produjeron los movimientos de separación, las influencias –si las hubo- que provocaron el surgimiento de las corrientes independentistas, las luchas internas y civiles que se dieron en los diferentes virreinatos, cual fue en su caso la actitud de la población indígena, y si hubieron –y en qué grado- injerencias foráneas, hasta que llegó la ruptura final, la separación y la independencia... Y obviamente también lo que ocurrió seguidamente en los países recién formados.


Y por extensión, personalmente opino que se debería examinar con igual detalle -y si, también comparar- la situación y el trato que se produjo en los territorios ocupados en diversos periodos por las potencias coloniales europeas, así como el porqué del nacimiento y la extensa difusión de la Propaganda y la Leyenda exclusivamente antiespañolas…

“El honor de dar América al mundo, el consiguiente engrandecimiento de España, acaecido en lo sucesivo con nuevas aportaciones territoriales a costa de una exploración secular no igualada por ninguna otra nación en región alguna y que constituye en conjunto la más maravillosa serie de valientes proezas que registra la Historia, suscitó a la larga la animadversión en la mayor parte de la naciones europeas y no se perdonó medio para contrarrestar la grandeza del glorioso pueblo que, llevado por su intrepidez al otro lado del “Mar Tenebroso”… había hallado y estaba colonizando un nuevo Mundo. Tal leyenda colonial antiespañola no ha podido, sin embargo, resistir al fulgor de la verdad aportado por nuevas y desapasionadas investigaciones, el cual ha iluminado y continua esclareciendo el fondo de crasa ignorancia y a veces de mala fe que había, no ya en plumíferos de baja estofa, sino en historiadores de renombre universal”.

Edgar Sanderson (Nottingham 1838-Inglaterra 1907), profesor de la Universidad de Cambridge. Libro: Out Lines of the World´s History, Historia de la Civilización, 1885.

Por ser menos conocido -o difundido- me interesa especialmente investigar cómo era el periodo -el día a día- que cubre desde la fundación del primer Virreinato de Ultramar -Virreinato de la Nueva España- hasta los primeros años del siglo  XIX, cuando se gestó  la independencia de estos territorios –en mi modesta opinión fue a partir de entonces cuando empezó a fastidiarse todo, y salvo algunos ilustres destellos, solamente comenzamos a levantar cabeza de nuevo cuando volvimos al consenso gracias a nuestra ya veterana democracia (2)-.



Soy obviamente consciente de que estas historias españolas están preñadas de claroscuros que se describen en cada caso y que siempre debemos juzgar con los parámetros de conducta vigentes en cada momento histórico, otra cosa sería una farsa-, pero lo que creo que el lector avezado podrá apreciar es que estos claroscuros no son mayores –e incluso son comparativamente menores en muchos casos- que los que se producían en cada época en otras potencias de nuestro entorno. Lo que ocurre es que estas potencias eran rivales de Españaiban casi siempre por detrás y nos profesaban bastante envidia -la España del Siglo de Oro era el imperio más poderoso de Europa y, por tanto, el enemigo obligado de los países que aspiraban a reemplazarlo-.

Es evidente que sí nos ganaron en un terreno, que para nuestra desgracia se ha demostrado determinante, el de la PropagandaLa Leyenda Negra lleva ya mucho tiempo difundiéndose, y si bien está bastante denostada en  los círculos más informados, desgraciadamente –esto es lo peorsigue impregnando en muchos ámbitos del carácter nacional, y aún forma parte del modo en que ven a España demasiados compatriotas, a los cuales les bastaría simplemente con que liberaran sus prejuicios y comenzaran a informarse con ecuanimidad, y también iniciaran este otro Viaje que podría ser recorrer con esta nueva mirada los lugares –y las gentes- donde nuestros antepasados comunes forjaron las bases de la Civilización Hispana.


Sí quiero aclarar que, si bien exhorto a los  lectores a analizar toda la información disponible con total objetividad, en ningún momento pretendo parecer equidistante (4), soy español  entre otras muchas cosas (5)- y estoy sincera y serenamente orgulloso de serlo. Mi españolidad –mi hispanidad realmente- obviamente no alberga ningún sentimiento de superioridad o exclusión frente a otras procedencias, entre otras porque España es en sí misma un crisol de culturas.

Concretamente, como levantino y mediterráneo que soy, me gusta pensar que por mi sangre corren gotas –y también  acervo cultural- de antepasados íberos, celtas, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos, árabes, judíos, y después los vascos, gallegos, cántabros, aragoneses, catalanes, andaluces... en diferente mezcolanza. Pero es que además otra rama de nuestros antepasados se mezclaron a su vez con las culturas que había en América –los  quechua, charrúa, guaraní, aimara, tupíes, quiché, náhuatl, naya, yuracaré, acateco, achí, yuruna, cacaopera, mapuche, mataco y tantos otros-, creando ese nuevo y único mestizaje del que el hispanista Hugh Thomas dijo que “fue la mayor obra de arte lograda por los españoles en el Nuevo Mundo, una mezcla de lo europeo y lo indio”.

Por si fuera poco, la integración y el comercio con Asia vía Filipinas supuso también el mestizaje  cultural hispano-americano con la población de este continente –filipinos, chinos, malayos, japoneses, armenios, de Conchinchina, de Formosa, de Macao, de Cantón, de la India,…-, añadiendo mayor diversidad y riqueza a este legado.  

En este sentido, la Hispanidad como metáfora de la Humanidad. ¿Maravilla o Anatema?... ya podéis lapidarme (6)...   



En la España actual por supuesto, como en todas partes, hay muchas cosas que mejorar. Siempre es así. Crítica, la que haga falta –por cierto hay muchísima en estos tiempos, y no especialmente desinteresada-Pero sin complejos de pertenencia. Por ahí pues mira, conmigo NO. Y espero que con algunos de vosotros en adelante tampoco…


La Hispanidad ahora y en el futuro

Con la misma o mayor importancia que lo apuntado hasta ahora, esegundo espacio de conocimiento en el que me gustaría poner mi grano de arena para corregir es el frustrante y -a mi juicio- tristemente generalizado desconocimiento general  -casi desapegoque hay en España sobre todo lo que significa la Hispanoamérica actual, su pensamiento, su desarrollo, su día a día y sus expectativas, aunque sea en forma de pinceladas; así como el relativamente bajo interés que todavía encuentro por conocer más a fondo sus países y ciudades, su arquitectura y urbanismo, su belleza natural, sus monumentos históricos, las comunidades autóctonas, su inmensa riqueza cultural y también su gran variedad gastronómica -fuera de los más habituales circuitos turísticos de sol y playa-.


En este otro aspecto del viaje os invito a contemplar, junto con los principales monumentos precolombinos, el impresionante patrimonio cultural legado en los tres siglos que duró el Imperio español en el continente americano, así como sus maravillas naturales, sus ciudades, su sociedad, su momento actual, su desarrollo y sus proyecciones de futuro. Y a hermanarnos activamente con ellos para acompañarnos mutuamente en ese fascinante periplo.

Desde la Tierra del Fuego hasta Alaska, desde Guanahaní hasta Mindanao Santiago, Atacama, la Isla de Pascua, Los Andes, Buenos Aires, Montevideo, Iguazú, el Titicaca, Cochabamba, La Paz, La Amazonía, Lima, Arequipa, el Machu Picchu, Quito y Guayaquil, Las Galápagos, Bogotá y Medellín, la heróica Cartagena, el río Magdalena, La Guajira, Venezuela, Panamá, Tortuguero, Managua, México –México, que precisaría una vida entera porque lo tuvo todo a la vez-,  EEUU, Cuba y el Caribe, el Pacífico y Filipinas, la vieja España y el Mediterráneo…, el TRAYECTO HISPANO se antoja inabarcable. Y quizás por ello también, para nosotros, IRRENUNCIABLE.


Somos la HISPANIDAD. De todos nosotros –a ambos lados de los océanos- depende en el futuro preservar, difundir y potenciar ese inmenso legado que nos cedieron nuestros antepasados.

Bueno, gracias por aguantar hasta aquí. Ahora sí, comenzamos…

Que tengáis un bello y provechoso viaje!







(1) Como sin duda saben ya muchos lectores, o averiguarán aquellos a los que les despierte la curiosidad investigadora este blog, durante más de 300 años la España peninsular y los territorios de Ultramar fueron lo mismo. Es decir, el Virreinato de la Nueva España o el del Perú eran iguales administrativamente que el Virreinato de Navarra, de Valencia o de Sicilia. Sus habitantes eran todos súbditos de la corona española, con similares derechos y obligaciones, vivieran en Zaragoza o en Zacatecas. Eran las Españas -reflejadas como tal por ejemplo en la famosa Constitución de 1812-.



 Por tanto, al hablar del funcionamiento de los Virreinatos, de la Sociedad Civil, de la Industria y el Comercio, del Humanismo y la Ilustración Hispanas, y también del presente y los posibles futuros... todo se referirá a la misma unidad; en su momento política, y sin duda histórica, idiomática y cultural, nuestra Hispanidad -mal que les pese a detractores inveterados, por cierto- 


(2) Veterana democracia, sin duda. Y como cualquier obra magna, también frágil. Resulta descorazonador ver, leer y escuchar a demasiados conciudadanos nuestros haciendo tremenda ostentación del mal concepto que tienen de nuestro país -sobre todo en ese estercolero del exabrupto y del esputo que se está convirtiendo twitter-. Si obviamos a los sectarios irredentos, a los tejedores de cizañas o a los oligarcas de su taifa, gran parte de los que abominan, por su edad no han conocido otro modelo de sociedad que el de la España en democracia. Abominan si, pero también disfrutan de las ventajas de hacerlo desde la atalaya de su cómoda vida -vida que nos hemos ganado merced al esfuerzo de tantos y tan diversos profesionales, y de un sistema de libertades que no tiene nada que envidiar al de las sociedades más avanzadas-. Esta lamentable contradicción pienso que solamente se salva con más cultura, más formación, algo más de humildad y ampliando horizontes geográficos -es decir, con esfuerzo de cada cual-. No negaré que estas reflexiones forman parte relevante de los motivos que me han impulsado a comenzar mi blog con esta -por otro lado fascinante- temática.

(3) Para quien -aún ahora- dude de los logros conseguidos por nuestra democracia, y quiera contrastar con datos lo que significa vivir en España hoy día, le recomiendo que analice con calma el prolífico blog personal de mi admirada amiga tuitera @jaralezo -si, en twitter también encontramos mucha información bien trabajada, que nos reconcilia en parte con la otra inmundicia que desgraciadamente también se nos "cuela" por detrás -
Éste es el blog que también me hubiera gustado hacer a mí... se me adelantó esta esforzada -e infatigable- amiga. Tendré que negociar con ella alguna forma de poder extender yo también modestamente esta información que veo tan necesaria de comunicar ampliamente...

(4) Para los que puedan confundir estos términos, les recomiendo las siguientes lecturas: https://www.elmundo.es/cronica/2003/415/1064837933.html;   https://periodistasandalucia.es/2016/12/19/equidistancia-ese-demonio/

(5) Estoy serenamente orgulloso de saberme a la vez murciano, levantino, mediterráneo, español, europeo, de la Hispanidad, de  la Humanidad, de la Tierra, de la Vía Láctea, del Grupo Local de Galaxias, de este Universo... cuestión de escalas y de perspectiva... y también de lo que toque defender en cada momento... 

(6) Mientras los del Sanedrín de la Hispanofobia van buscando las piedras, a los lectores más curiosos, más abiertos o más valientes les cuento: al igual que el antiguo Egipto, la Grecia Clásica o el Imperio Romano son Historia de la Humanidad, el Imperio Español y la Hispanidad es igualmente Historia de la Humanidad, y como tal hay que tratarla. Sin aspavientos pero sin complejos. Sea pues.   

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“Lo que hacemos para ser amados”. Leído en algún episodio del Sandman, de Neil Gaiman