Llegamos ahora a la segunda referencia de lugares que
podrían formar parte de este otro Viaje a Itaca que todo lector curioso por indagar en la cultura hispana y su legado
podría emprender.
En este caso además, el trayecto contempla múltiples
caminos, historias y lugares que ofrecer
al viajero… “Los españoles tenían siempre
el ansia de ir en todas direcciones, no se podían estar quietos…era el
espíritu plus ultra”,
asegura el ingeniero y exprofesor de la Universidad de California Luis Laorden,
que resume las tres cosas que buscaron aquellos exploradores: “Oro, gloria y
Dios”. Soldados, colonos, comerciantes y misioneros recorrieron unas rutas que,
tras la independencia de México y la retirada española en 1821, sirvieron a la
nueva nación estadounidense para la invasión de su vecino del sur y su
expansión hacia el Oeste. Hoy, cinco de ellas se cuentan entre sus 19 Senderos
Históricos Nacionales (National
Historic Trails)
Durante muchos años el legado español se extendió a
USA mediante los llamados Caminos Reales. Recientemente estos
caminos han sido reconocidos como patrimonio de la Historia Norteamericana y ya
forman parte del “National Park Service” de USA .
Cada tres años se organizaban las “Conductas”,
largas caravanas de carreteas tiradas por bueyes. Las caravanas iban
escoltadas por los Dragones de Cuera y su objetivo era
transportar las familias de colonos españoles junto con frailes, plantas,
semillas, cabezas de ganado, papel, tinta, etc. La red de Caminos Reales,
permitió unir ciudades, asentamientos, fuertes y misiones y
posteriormente también favoreció el establecimiento de nuevas
comunidades
Camino Real de Tierra Adentro
El más antiguo de los caminos reales españoles en
América del Norte –denominado National Historic Trail en 2000-
discurre, a lo largo de 2.560 kilómetros, entre Ciudad de México y Santa Fe (en
el actual estado de Nuevo México). Su tramo norteamericano no se trazó hasta
1598, cuando el virrey autorizó a Juan de Oñate para liderar una expedición
compuesta por 83 carretas y cientos de colonos que atravesó el Río Grande y el
Paso del Norte hacia territorio inexplorado. “En las condiciones se decía que
todos los que fuesen recibirían el título de hidalgos”, cuenta Laorden, quien
relata la dureza de una ruta que enseguida ofrecía el primer peligro: la Jornada del muerto, un árido tramo de 100 kilómetros en el que muchos perecieron de
sed. “El primer pueblo que hay después se llama hoy Socorro”, apunta el
investigador, autor del artículo Los caminos
españoles en el oeste americano que son «National Historic Trails»(2012).
Otras localidades de nombre español -Escondida, Magdalena, San Acacia, Alamillo, Contreras, Las Nutrias- dibujan un trayecto sobre el que pendía otra gran amenaza: los indios. “El peligro apache hacía que nadie se atreviese a recorrer este camino en solitario”.
Otras localidades de nombre español -Escondida, Magdalena, San Acacia, Alamillo, Contreras, Las Nutrias- dibujan un trayecto sobre el que pendía otra gran amenaza: los indios. “El peligro apache hacía que nadie se atreviese a recorrer este camino en solitario”.
La ciudad de Santa Fe, fundada por Oñate al término
de la expedición, se convirtió en destino soñado y nudo de casi todos los caminos
españoles posteriores. “Fue el polo de atracción de las personas inquietas de
los territorios contiguos. La Plaza Mayor de Santa Fe, delante del Palacio del
Gobernador, era el sitio deseado de todos los viajeros, el kilómetro cero para
nuestros días. Se podría decir que Santa Fe era en el Oeste lo que París era en
Europa”.
Camino Real de los Tejas
El Camino Real de los Tejas se extiende 4.150
kilómetros de longitud desde la Ciudad de
México a través de Texas y termina en Natchitoches,
Louisiana
El explorador Alonso de
León abrió este camino –declarado National Historic Trail en
2004-, “En varias expediciones a partir
de 1686, tras la orden del virrey de investigar una supuesta presencia francesa
en la costa de la actual Texas”, explica Laorden. De León no encontró más
que las ruinas de un fuerte abandonado que había construido el explorador galo
René Robert Cavelier de La Salle. Sus viajes sirvieron, sin embargo, para
trazar un camino de que dio pie a la fundación de San Antonio –hoy la séptima ciudad más poblada de EE UU-,
levantada en 1718 alrededor de la misión franciscana de San Antonio de Valero.
Durante el transcurso del siglo XVIII, la ruta
entre el Río Grande y San Antonio se desplazó gradualmente hacia el sudeste,
probablemente como resultado de la amenaza apache y comanche a los viajeros
españoles.
Información oficial para el viajero en: https://www.nps.gov/elte/index.htm
Camino de Anza
Entre 1774 y 1776, Juan Bautista de Anza, realizó dos expediciones al
norte que marcarían el futuro de California: “La primera a caballo, para abrir el camino. En la segunda llevó a 240
colonos que llegaron a la región y se instalaron allí”, cuenta Laorden, que
asegura que el origen del viaje fue la necesidad de enviar suministros por
tierra, ante las corrientes y vientos que dificultaban la ruta marítima, a las
misiones españolas fundadas por Gaspar de Portolá
y Fray Junípero
Serra.
Los españoles
habían alcanzado el puerto natural de
San Francisco en 1769,
hasta donde habían llegado por mar.
Sin embargo, fue De Anza el que abrió una ruta terrestre segura y relativamente rápida para unir
México con California. Y la abrió hasta San Francisco. Aunque no se quedó
allí mucho tiempo. Poco después inició el camino de regreso a la capital de
Nueva España, donde el Virrey le nombró Gobernador de Nuevo México.
El final del trayecto de 2.000 kilómetros, designado National Historic Trail en 1990, es la actual ciudad de San Francisco, cuyo origen está en un fuerte y una misión del mismo nombre fundados en 1776.
El Juan Bautista de Anza
National Historic Trail es un sendero que pasa por Arizona y California y recorre 19
condados. Incluso hay una guía
específica online que permite planificar el viaje para emular al
explorador y militar español.
Información oficial para el viajero en: https://www.nps.gov/juba/espanol/index.htm
Camino de Santa Fe
Una ruta de 1.937 kilómetros discurre entre Santa
Fe y San Luis (en el actual estado de Misuri) por la meseta de las Grandes
Llanuras, durante siglos tierra de nadie entre el Imperio español y distintas
potencias: Francia, Inglaterra y, por último, Estados Unidos. Designado National
Historic Trail en 1987, el Camino de Santa Fe se remonta al viaje que
en 1792 realizó el explorador Pedro Vial, un habitante de la Luisiana francesa
que decidió pasarse a territorio español para servir a la Corona.
EE UU siguió después este camino y otros mencionados durante la invasión de México, entre 1846 y 1848. “Aunque España las utilizó solo hasta el fin del Imperio, siglos después estas rutas seguían siendo muy útiles. Fueron, por decirlo de alguna manera, el primer paso en infraestructuras, las primeras autopistas seguras que hubo en el territorio”, explica el catedrático de Estudios Norteamericanos José Antonio Gurpegui.
Información oficial para el viajero en: https://www.nps.gov/safe/index.htm
Viejo Camino Español
La historia de este sendero, que abarca 4.345
kilómetros entre las ciudades de Santa Fe y Los Ángeles, es a la vez española y
mexicana. Comenzaron a trazarlo los recorridos parciales de frailes como
Domínguez y Escalante y de comerciantes como Mauricio Arze, Lagos García y otros
que no dejaron documentos escritos, dado el carácter ilegal de su actividad: el
negocio clandestino de pieles y esclavos. No fue hasta 1829, cuando el Oeste
americano ya no era español sino mexicano, que alguien lo recorrió de ida y
vuelta. “Antonio Armijo fue el primero que lo hizo completo, aunque quizá
tengan más mérito quienes lo hicieron poco a poco”, opina Laorden, que describe
a un mexicano que salió de Santa Fe con 60 hombres y 100 mulas cargadas de
mercaderías y se plantó en la misión de San Gabriel, en Los Ángeles, en 86
días.
Por el camino, Armijo descubrió el valle de Las
Vegas, donde hoy se levanta la excéntrica ciudad, e hizo el negocio de su vida,
convirtiéndose, quizá, en el primer gran emprendedor de California: “Cambió las
mantas y textiles que llevaba de Nuevo México por varios miles de caballos, que
en California sobraban y eran baratos, y con ellos regresó a Santa Fe, ganando
abundante dinero en la operación”.
Información oficial para el viajero en: https://www.nps.gov/olsp/index.htm
EL VIEJO CAMINO ESPAÑOL DE LOS DOS
OCÉANOS
El Old
Spanish Trail es una ruta que une
los territorios estadounidenses que pertenecieron al Virreinato de Nueva
España, de San Agustín (Florida) a San
Diego (California), recorriendo alrededor de 4000 kilómetros y atravesando
8 estados.
Partiendo de la primera ciudad europea fundada en Estados Unidos, San Agustin,
en Florida, por el asturiano Pedro
Ménendez de Avilés, el recorrido, que termina en San Diego, descubierto por
Gaspar de Portolá
en 1789. Cruza Estados Unidos de costa a costa por carreteras secundarias
y pistas sin asfaltar que persigue mostrar
el país desde una perspectiva hispánica, buscando los muchos restos,
recuerdos y reconocimientos que hay a nuestros grandes exploradores.
Según cuenta LaOrden, “historiadores texanos han usado para este Camino prolongado hasta
Florida el nombre de «Viejo Camino Español», que es un nombre que también se ha
utilizado para el camino entre Santa Fe en Nuevo México y Los Ángeles en
California, según se ha comentado en párrafos anteriores. A este Autor le gusta
más llamar «Camino Español de los dos Océanos» a ese camino prolongado que iba
desde San Agustín en Florida a San Diego en Alta California pasando por
Pensacola, Mobile, Nueva Orleans, la actual Houston, San Antonio, El Paso,
Tucson y Yuma es decir de uno a otro lado de América del Norte, desde el
Atlántico hasta el Pacífico”. En su conjunto, éste es el Camino español más
largo en Estados Unidos.
Asentamientos
Tres fueron las instituciones fundamentales de la política de asentamiento hispana en América del Norte: el presidio o fort como avanzadilla para la defensa y el avance de la Frontera; la misión para el adoctrinamiento e integración del indígena; y el cabildo de villas y ciudades como sede del poder de los vecinos. La simbiosis entre estas tres instituciones marcó la acción hispana. Las singularidades de América del Norte -dispersas poblaciones indígenas, carencia de recursos minerales, incluso escasez de agua-, dieron un especial protagonismo a los misioneros. Las misiones eran lugares de descanso y refugio para el caminante, escuelas de cristianización y educación del indio. También fueron objeto frecuente de las rebeliones indígenas. Los anales de las misiones están salpicados con sangre de misioneros. Con frecuencia, morían los indios acogidos a la misión y los soldados destinados a su protección. Muchas misiones fueron semillas de poblamiento al convertirse en villas o pueblos.
Línea de Presidios de costa a costa entre 1770-80
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Misiones españolas en EEUU (1) |
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Fuentes principales:
https://laamericaespanyola.wordpress.com/2017/06/19/dragones-de-cuera/
Le felicito. Muy interesante. Qué diferente es la realidad del imperio español frente a las milongas que nos han contado.
ResponderEliminarMuchas gracias. Efectivamente, y creo que no debemos permitir mas tiempo ese otro relato impostado y impuesto. No se trata de volver la leyenda Rosa, sino de difundir la excepcional historia que tenemos. Entre todos lo conseguiremos...
EliminarEsto es lo que les falta a cientos de miles de españoles que se avergüenzan de nuestra historia por lo que le han contado los enemigos de España, no por lo que hayan leído ellos antes.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Es uno de los motivos por los que inicié este blog. No nos rindamos. Difundir y difundir. Entre todos los conseguiremos. Queda todo el futuro...
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