Para leer en calma. Como en una tarde de estío, mientras se acerca sosegado el ocaso.

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miércoles, 17 de junio de 2020

La Escuela de Salamanca. Nacen los Derechos Humanos y la Economía de mercado

 

"Los principios teóricos de la economía de mercado y los elementos básicos del liberalismo económico no fueron diseñados, como se creía, por calvinistas y protestantes escoceses, sino por los jesuitas y miembros de la Escuela de Salamanca durante el Siglo de Oro español."

Friedrich A. Hayek. Economista austriaco y premio Nobel de economía


"La humanidad pasó a ser entendida de una forma “moderna”: la conforman todos los seres humanos que habitan cualquier parte de la tierra. Este derecho natural a nacer libres pasaba a convertirse en algo consubstancial al ser humano"

"Marianne, la denominación dada en Francia a la República, procede del nombre del jesuita español Juan de Mariana, ilustre miembro de la Escuela de Salamanca”

Florence Gauthier. Historiadora francesa. Especializada en el estudio de la Revolución Francesa

 

Comenzamos aquí a sacar a la luz el siguiente tesoro que nos depara este viaje, que busca también invitar a que algún lector libere tal vez prejuicios adquiridos y pueda conocer mejor y, sobre todo, internalizar, el alcance y trascendencia que tiene formar parte del acervo cultural de la Hispanidad.

Con esta entrada inauguramos una serie de recopilaciones relativas a las corrientes de pensamiento, ética, ciencia y conocimiento que generaron las Españas; mediante los cuales se crearon disciplinas académicas en diversas materias –algunas  inexistentes hasta la fecha-; y que, en sus modelos actualizados, se siguen impartiendo en diversas universidades y centros de conocimiento, además de aplicarse en nuestra vida diaria y estar en continua investigación por profesionales especializados. Crearon Escuela, aunque desafortunadamente –y como tantos otros logros de nuestros antepasados- sean generalmente desconocidos fuera de los circuitos más eruditos y exclusivos.

La primera entrega de esta serie va dedicada a una institución que, si bien es probable que sea conocida y nombrada por mucha gente, son bastantes menos los que realmente saben que significó para la historia del conocimiento universal. La ESCUELA DE SALAMANCA fue una corriente de pensamiento fundamental en diversas áreas del saber que tuvo lugar en el renacimiento del siglo XVI, a través de un grupo de teólogos y juristas concentrados principalmente en la ciudad de Salamanca, España.

Si las ciudades-estado italianas iniciaron el Renacimiento en el siglo XV, España y Portugal investigaron el nuevo mundo en el XVI y emergieron como centros de comercio y empresa. Intelectualmente, las universidades españolas engendraron una recuperación del gran proyecto escolástico –el llamado segundo escolasticismo-: partir de las tradiciones grecorromana y cristiana para investigar y expandir todas las ciencias, incluyendo la economía, sobre la base firme de la lógica y la ley natural.

Como la ley natural y la razón son ideas universales, el proyecto escolástico era una búsqueda de las leyes universales que gobiernan la manera en que funciona el mundo. Y aunque la economía no se consideraba una ciencia independiente, estos investigadores se dirigían hacia el razonamiento económico como una forma de explicar el mundo que les rodeaba. Buscaban regularidades en el orden social y producían patrones católicos de justicia para actuar sobre él.

Los integrantes de la Escuela de Salamanca renovaron la teología, sentaron las bases del derecho de gentes moderno, del derecho internacional y de la ciencia económica moderna. Matemáticos de esta Escuela estudiaron la reforma del calendario, por encargo del papa Gregorio XIII, y propusieron la solución que se implantó posteriormente –Calendario Gregoriano-. También tuvo Salamanca en esa época las que probablemente fueron las primeras alumnas universitarias del mundo: Beatriz Galindo y Lucía de Medrano. Medrano fue la primera mujer que dio clases en una Universidad.

Universidad de Salamanca. Claustro de sabios

La Universidad de Salamanca es la universidad más antigua de España y una de las cuatro de Europa abiertas actualmente, junto con las de Bolonia, Oxford, y París (La Sorbona). Tuvo su origen en la Escuela Catedralicia de Salamanca, fundada en 1130. El primer documento oficial fue expedido por el rey Alfonso IX de León, quien le concedió en 1 de enero de 1218 la categoría de Estudio General salmantino, "Studii salmantini". Bajo el reinado de Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León, el Estudio General se convirtió en Universidad, en su doble carácter de real y pontificia, el 8 de mayo de 1254. 

En plena Edad Media, cuando la mayoría de la población europea era analfabeta en una sociedad agraria y rural, Salamanca se convirtió en pionera y en el origen del conocimiento universal en España. Su estudio y su pasión por las escuelas universitarias la convirtió en centro neurálgico para estudiantes y profesores, la mayoría de ellos procedentes del mundo del clero, que era el colectivo que podía presumir de saber leer y escribir.

Se impartían estudios en Derecho, Medicina, Lógica, Gramática y Música. Los profesores de asignaturas relacionadas con el Derecho gozaban de un sueldo mayor, al tratarse de una universidad inclinada hacia las disciplinas jurídicas. Ante los siglos XIII y XIV se fueron creando nuevas cátedras, especialmente en Derecho. El espaldarazo final le llegó en el año 1255 con la bula del papa Alejandro IV que le otorgó la licentia ubique docendi, con la que se reconocía la validez de los grados otorgados por la Universidad de Salamanca en todo el mundo

1614 — University Lecture Room by Martin de Cervera — Image by © Alfredo Dagli Orti/The Art Archive/Corbis

Las clases se impartían en latín, lo que facilitaba la movilidad internacional de profesores y estudiantes al ser una lengua utilizada en toda Europa.

Años de esplendor

Durante el Siglo de Oro español fue cuando la Universidad se convirtió en el escenario de relevantes acontecimientos para la historia de la humanidad. En el claustro de esta Universidad se discutió sobre la viabilidad del proyecto de Cristóbal Colón y las consecuencias que traían sus afirmaciones. Tras el descubrimiento de América, se discutió sobre el derecho de los indígenas a ser reconocidos con plenitud de derechos; la denominada polémica de indias fue algo revolucionario para la época.

El caso es que los sabios de la Escuela de Salamanca  formaron igualmente un importante foco humanista, renovaron la teología, sentaron las bases del Derecho moderno de gentes, del Derecho Internacional, precursora de los primeros Derechos Humanos, encabezados por Francisco de Vitoria. Y efectuaron los primeros estudios en etnografía y antropología social moderna, especialmente por Bernardino de Sahagún. Relacionando la democracia con la justicia definieron el concepto de la Comunidad Internacional

Este movimiento fue llevado a cabo por un grupo de teólogos y juristas que basándose en la teoría del Iusnaturalismo, desarrollaron las primeras leyes en Derecho Internacional de Gentes, precursores de los Derechos Humanos. Sus miembros más brillantes fueron Francisco de Vitoria (1483-1546), el fundador de la escuela, Domingo de Soto (1494-1570), Martín de Azpilcueta (1493-1586), Bernardino de Sahagún (1499-1590), Tomás de Mercado (1500-1575), Domingo Báñez (1528-1604), Luis de Molina (1535-1601) Juan de Mariana (1536-1624), Francisco Suárez (1548-1617), etc. 

Se analizaron los procesos económicos por primera vez, generándose el primer movimiento de estudios y análisis de la macro economía moderna. La Escuela de Salamanca fue la primera corriente de pensamiento de carácter económico, moral y jurídico, que debatió los problemas morales derivados del innovador sistema comercial y de la mentalidad neo-mercantilista generada en Europa durante la Modernidad y el descubrimiento del Nuevo Mundo.

El iniciador. Francisco de Vitoria

Francisco de Vitoria fue el inspirador de la Escuela de Salamanca y teorizó sobre la economía desde un punto de vista moral. Según Vitoria el orden natural se basa en la libertad de circulación de personas, bienes e ideas. En sus clases trataba los temas de mayor actualidad y a ellas asistían tanto los estudiantes como los profesores. Su capacidad docente era extraordinaria, sus alumnos le admiraban tanto que le llamaban «el maestro» y hasta los hombres de gobierno acudían a él para pedirle consejo. Es considerado el padre del derecho internacional moderno y el principal defensor de los derechos humanos de los indios americanos.

Durante los veinte años que pasó en Salamanca, afrontó los mayores desafíos intelectuales de su época renovando métodos y temáticas, y originando una verdadera corriente de pensamiento teológico-jurídico destinada a tener enorme repercusión. Su obra gira en torno a la dignidad y los problemas morales de la condición humana. Fue especialmente influyente por sus aportaciones jurídicas, aunque también tuvieron gran repercusión sus estudios sobre teología y sobre aspectos morales de la economía. Sus enseñanzas se han conservado en trece relecciones —lecciones solemnes— dedicadas, entre otros temas, al homicidio, al matrimonio, a la potestad civil y eclesiástica, a las relaciones entre el Concilio y el Papa, a la guerra justa o a los conflictos originados por el Descubrimiento de América, la incorporación de aquellos territorios a la Corona Española y la paz y el respeto en las relaciones con los indios.

Para Vitoria, la comunidad internacional debía regirse por un conjunto de leyes justas con los derechos de todos los pueblos, ya que la armonía y convivencia de la Humanidad depende de la convivencia de cada uno de los estados que la componen.

En su cuerpo jurídico puso encima de la mesa seis elementos esenciales: primero, la defensa de los derechos individuales a la vida, la libertad y la igualdad ante la ley; segundo, la defensa de la propiedad privada y los contratos; tercero, la importancia del mercado y el comercio internacional; cuarto, la necesidad de mantener un gobierno controlado y limitado; quinto, la defensa de la soberanía del pueblo y del principio de consentimiento de los ciudadanos; sexto, la defensa del derecho de oposición o rebelión frente a los tiranos.

Los padres de la Teoría Económica

Los estudiantes de economía normalmente remontan los orígenes del pensamiento pro-mercado al profesor escocés Adam Smith (1723-1790). Esta tendencia a ver a Smith como origen de la economía está reforzada entre los estadounidenses porque su famoso libro Una investigación de la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones fue publicado el año de la independencia estadounidense de Gran Bretaña.

Hay muchas cosas que olvida esta visión de la historia intelectual. Los fundadores reales de la ciencia económica en realidad escribieron cientos de años antes que Adam Smith. No eran economistas como tales, sino teólogos morales, formados en la tradición de Santo Tomás de Aquino y se los conoce colectivamente como los escolásticos tardíos. Estos hombres, la mayoría de los cuales enseñaron en España, eran al menos tan favorables al libre mercado como la tradición escocesa muy posterior. Además, sus fundamentos teóricos eran todavía más sólidos: anticiparon las teorías del valor y del precio de la Escuela Austríaca de finales del siglo XIX.

Entre sus principales aportes se encuentran la aceptación de la ley de la oferta y de la demanda como agentes en la determinación de precios de un mercado libre, la exposición de una teoría subjetiva del valor de los bienes, y el establecimiento del valor del dinero en función, no sólo de su abundancia o escasez, sino de su capacidad de compra, la doctrina general del interés y el análisis del sistema tributario.

Su gran hallazgo para la macroeconomía moderna fue la formulación de la Teoría cuantitativa del dinero, tratándose de una relación entre la abundancia de moneda y el aumento del nivel de precios y, por influencia de esa teoría, la del intercambio de divisas. Esta teoría demuestra que el incremento de la masa monetaria en circulación ocasiona un incremento proporcional en el nivel de los precios. Su ecuación fue desarrollada en el siglo XX por Irving Fisher mediante la fórmula M x V = P x Y, es decir, que la masa monetaria por la velocidad de circulación es igual al producto nacional por el nivel de Precios. Esta ecuación se convirtió en uno de las bases de la economía moderna.

El pensamiento económico de Tomás de Mercado puede observarse en su obra Suma de tratos y contratos.  En ella, el pensador sevillano reflexionó sobre el fundamento de los intereses y condenó la usura  y los monopolios. También profundizó en la Teoría cuantitativa del dinero. La preocupación por estas cuestiones parece lógica, en un contexto caracterizado por la llegada masiva de metales preciosos desde América.

Martín de Azpilcueta fue el pionero en el análisis de los efectos que producía en la economía española la masiva llegada de metales preciosos americanos; su conclusión fue que generaba inflación, por lo tanto un incrementos de precios y carestía. Constató el hecho de que en los países en los que los metales preciosos oro y plata eran escasos los precios de los bienes eran inferiores a los países con abundancia de los mismos. El metal precioso, como una mercancía más, tiene menos valor adquisitivo cuanto más abundante sea. Era una gran paradoja: la posesión de abundante oro y plata generaba pobreza.

Todos estos maestros se pronunciaron también por la libertad económica y declararon que el precio moralmente justo es el formado de acuerdo con la oferta y la demanda, con exclusión de violencia, engaño o dolo, y siempre que haya suficiente número de compradores y vendedores, es decir, en ausencia de situaciones de monopolio público que estos doctores tenían por un crimen. Vale la pena citar a este propósito, por su frescura y conocimiento de la realidad, los textos en que Tomás de Mercado dice que el precio justo es el que corre de contado públicamente y se usa esta semana y esta hora, como dicen en la plaza, no habiendo en ello fuerza ni engaño, aunque es más variable, según la experiencia enseña, que el viento. Y que si uno trajo mercería de Flandes y cuando llegó a Sevilla vale de balde, por la gran copia y abundancia que ha, bien podrá guardarla. Mas, si la vende, no ha de tener cuenta con lo que a él le costó, o costeó por el camino, sino con lo que ahora se aprecia en la ciudad, porque a esta variedad y ventura está sujeta el arte del mercader. Ahora debe perder; otro día el tiempo tendrá cuidado de ofrecerle oportunidad y ocasión de ganar.

La obra de este pensador influyó notablemente en épocas posteriores. Especialmente relevante fue, ya en el siglo XX, la Escuela de Chicago, con Milton Friedman a la cabeza, que, al igual que Mercado, dedicaron un gran esfuerzo a la Teoría cuantitativa del dinero.

Domingo de Soto defiende el precio de mercado diciendo que una cosa vale aquello por lo que puede ser vendida, excluida la violencia, el fraude y el dolo; es decir, el precio libremente debatido en un mercado en competencia, palabra que concretamente usa Luis de Molina, cuando dice que la competencia –concurrentium- entre muchos compradores, más unas veces que otras, y su mayor avidez, hará subir los precios; en cambio, la rareza de compradores los hará descender.

Luis de Molina afirmaba que la propiedad privada era una institución de efectos prácticos positivos ya que, por ejemplo, los bienes serían mejor administrados por un solo dueño que si fuesen de propiedad comunal.

Por último, Juan de Mariana sostuvo los argumentos de sus compañeros escolásticos resumiéndolo en una sola frase: "Cuando un asno es de muchos, los lobos se lo comen".

Por esto, todos los doctores de la Escuela de Salamanca miraban la regulación del precio por parte del Estado con la mayor desaprobación. A este respecto es incluso llamativa la postura de Martín de Azpilcueta, quien tajantemente se opone a la regulación del precio, “porque era innecesaria cuando había abundancia e inefectiva o dañina cuando había escasez”.

Dentro de nuestra ancestral ineficacia para difundir los logros propios, el espaldarazo final a la denominación Escuela de Salamanca de economistas vino dado ya avanzado el siglo XX por el economista austriaco Joseph Schumpeter en su Historia del análisis económico (1954), aunque muchos historiadores económicos ya emplearon el apelativo antes que él. Schumpeter estudió la doctrina escolástica en general y la española en particular, y elogió el alto nivel de la ciencia económica en la España del siglo XVI. Según el citado economista, esta escuela fue el grupo que más se merece el título de fundador de la ciencia económica

Cree Schumpeter que justificado está hablar de una escuela de Salamanca de economistas, aunque hay que señalar –y es preciso mencionarlo- que Schumpeter es fiel heredero de los prejuicios históricos existentes sobre los españoles en el norte de Europa. En  la obra citada, hace un amago de extrañeza al descubrir que varios de sus miembros más destacados "happened to be Spanish", es decir, "resultaron ser españoles", aunque afirma que su enseñanza no tenía nada de específicamente español -Ver aquí-. Nada nuevo más allá del ombligo de nuestros socios del norte, ya saben.

Pero la realidad es obstinada, también ante los prejuicios. Ya en la actualidad, el investigador Anton Alexandrovich Afanasyev, Profesor de Análisis de Negocios en la National Research University Higher School of Economics (Moscú) e investigador líder en el Instituto Central de Economía y Matemática de la Academia Rusa de Ciencias, publicó en 2015 un interesante trabajo recopilatorio de las principales doctrinas económicas postuladas por los pensadores salmantinos, que se enumeran a continuación (junto con el año de publicación):

I. En teoría monetaria, algunas de dichas doctrinas son:

a) La teoría cuantitativa del dinero (1556).

b) La teoría de la paridad del poder adquisitivo del dinero (1535-1594).

c) La teoría del valor (utilidad) marginal del dinero (1583, 1642).

d) La doctrina de la demanda de dinero (1601).

e) Una interpretación amplia de la oferta monetaria (1601).

f) La doctrina del mercantilismo monetario (1569) y del mercantilismo de la balanza comercial favorable (1600).

II. En cuanto a la teoría de precios, son significativas:

g) La teoría y los mecanismos de la competencia entre vendedores y compradores (1597).

h) La justificación de la venta con precios libres en los productos de lujo (1535) y en artículos de primera necesidad (1552).

i) La idea de la imposibilidad de que el hombre conozca el valor exacto del precio justo del producto (1546, 1617).

j) La doctrina de los tres actores principales del mercado a partir de los cuales se puede conocer el justo precio (1546).

Los padres del Derecho de Gentes

La Escuela de Salamanca renovó los conceptos medievales del derecho mediante una reivindicación de la libertad del hombre. Iniciaron una doctrina jurídica que reclamaba los derechos naturales del hombre a la vida, a la dignidad, a la propiedad, a la libertad de pensamiento, etc.

Redefinió el concepto de Derecho natural o doctrina Iusnaturalista, aquella que defiende las leyes de hombre originarias desde la misma naturaleza, y todo aquello que exista según el orden natural comparte ese derecho. Concluyó en que si todos los hombres comparten la misma naturaleza también comparten los mismos derechos y libertades. Unas libertades que son algo inherente a ellos mismos y que, por tanto, les pertenecen por encima de las consideraciones de cualquier príncipe o papa, e independientemente de su religión o vinculación política.

Estas ideas iusnaturalistas se llevaron a la práctica en América donde reconocieron los derechos de los indígenas, como el derecho a la propiedad de sus tierras o a la prohibición del uso de la fuerza como medio para convertirles al Cristianismo. La justicia era entendida como una ley natural para el individuo que vive en sociedad.

Los  miembros de la Escuela de Salamanca iniciaron una teoría de la separación de potestades: la del derecho divino y la del derecho natural; que hasta la época no se había desarrollado. Defendieron que el origen del poder real tenía su origen en la soberanía del pueblo, el cual la transmite al príncipe gobernante en bases a un pacto o contrato entre ambas partes: los seres humanos son libres por naturaleza e insubordinados a cualquier otro ser humano, aunque gobernados por un rey podían deponerlo si este no era justo.

En cuanto al papel del Estado, la mayoría de los salmantinos que analizaron las estructuras políticas, consideraron que lo más importante no era tanto el sistema político sino más bien los derechos y las condiciones disfrutadas por los ciudadanos. Para estos escolásticos, la sociedad es anterior al poder gubernamental como, por ejemplo, afirma Juan de Mariana quien dice: sólo después de constituida la sociedad podía surgir entre los hombres el pensamiento de crear un poder, hecho que por sí solo bastaría a probar que los gobernantes son para los pueblos, y no los pueblos para los gobernantes, cuando no sintiéramos para confirmarlo y ponerlo fuera de toda duda el grito de nuestra libertad individual, herida desde el punto en que un hombre ha extendido sobre otro el cetro de la ley o la espada de la fuerza.

La existencia de gobierno, por sí misma, significa un límite a la libertad. Consideran este límite necesario, pero para ser válido debía estar fundamentado en la voluntad popular: si para nuestro propio bienestar necesitamos que alguien nos gobierne, nosotros somos los que debemos darle el imperio, no él quien debe imponérnoslo con la punta de la espada. 

Francisco Suárez se convirtió en el principal defensor ese pensamiento iusnaturalista. Suárez defiende la soberanía del pueblo frente al poder real por designio divino. Para él la comunidad se forman mediante un pacto entre hombres libres y soberanos, y esta a su vez otorga un poder político a otro hombre para ser gobernados en base a relaciones de contrato. Esta forma de gobierno natural establecido por contrato entre sus miembros es un principio de democracia. Su teoría contractualista considera que la comunidad puede elegir sus instituciones de gobierno, como monarquía, oligarquía o república, si mantienen el acuerdo en plenitud de condiciones.

Esta visión del hombre fue novedosa en el contexto socio-político del momento, pero más innovador fue el ambiente de libertad con el que estos intelectuales fueron formulando los principios cuestionaban la presencia española en el Nuevo Mundo, incluso con el apoyo de los monarcas españoles.

El erudito revolucionario. Juan de Mariana

La obra De Rege de Mariana fue escrita por sugerencia del rey Felipe II de España y dedicado a su sucesor, Felipe III. Pero la monarquía no salía bien parada en manos del duro Mariana. Ferviente opositor a la creciente marea de absolutismo en Europa y de la doctrina de quienes, como el rey Jacobo I de Inglaterra, opinaban que los reyes gobernaban absolutamente por derecho divino, Mariana convirtió la doctrina escolástica de la tiranía de un concepto abstracto a un arma con la que golpear a los monarcas de su tiempo. Al contrario que otros escolásticos, que ponían la “propiedad” del poder en el rey, afirmaba que el pueblo tiene derecho reclamar su poder político siempre que el rey abuse de él. Mariana fue el antecesor de la teoría del consentimiento popular de John Locke y de la superioridad continua del pueblo respecto del gobierno. Además Mariana también precedió a Locke en sostener que los hombres abandonan el estado de naturaleza para formar gobiernos con el fin de preservar sus derechos sobre la propiedad privada.

Pero la característica más reseñable del extremismo de la teoría política de Mariana fue su innovación creativa en la teoría escolástica del tiranicidio. Mariana amplió la definición de tiranía: un tirano era cualquier gobernante que violara las leyes, que dictara impuestos sin consentimiento del pueblo o que impidiera una reunión de un parlamento democrático. En realidad, Mariana no pensaba que un individuo pudiera realizar un asesinato a la ligera. Primero, debería de reunir al pueblo para tomar esta decisión crucial. Pero si eso fuera imposible, debería al menos consultar a algunos “hombres graves y eruditos”, salvo que el clamor del pueblo contra el tirano sea tan manifiesto que la consulta sea innecesaria.

Mariana nos ha dejado una elocuente descripción del tirano típico y su mortífera tarea:

“Se apropia de los bienes de los individuos y los malgasta, poseído como está por los innobles vicios de la codicia, la avaricia, la crueldad y el fraude (…) Los tiranos, en verdad, intentan dañar y arruinar a todos, pero dirigen su ataque especialmente contra los ricos y hombres honrados en todo el reino. Consideran lo bueno más sospechoso que lo malo y la virtud que les falta les es más formidable (…) Expulsan a los mejores hombres de la comunidad bajo el principio de que quien sea exaltado en el reino debe ser derribado (…) Exprimen a todo el resto, de forma que no puedan unirse, demandándoles nuevos tributos diariamente, promoviendo peleas entre los ciudadanos y uniendo una guerra a otra. Construyen grandes obras a costa y sufrimiento de los ciudadanos. (…) El tirano teme necesariamente que quienes aterroriza y mantiene como esclavos intenten derrocarle (…) Así que prohíbe que los ciudadanos se reúnan, las asambleas y la discusión común de los asuntos de la comunidad, quitándoles mediante métodos de policía secreta la oportunidad de hablar y escuchar libremente, de forma que ni siquiera se les permite quejarse libremente”.

Es comprensible que las autoridades francesas estuvieran nerviosas por las teorías de Mariana y su libro De Rege. Mientras que el rey de España rechazó considerar las propuestas de Francia de suprimir esta obra subversiva –nótese la diferencia de comportamiento real frente a lo que nos han “vendido” de la ilustrada Francia comparada a la oscurantista España- , el general de los jesuitas emitió un decreto a su orden prohibiendo enseñar que es legítimo matar a los tiranos. Sin embargo, este acto de sumisión no evitó una concienzuda campaña difamatoria en Francia contra los jesuitas, así como su pérdida de influencia política y teológica. Francia no olvidó, y la historia cuenta lo que ocurrió con los jesuitas cuando la dinastía borbónica gobernaba en España.

Aunque, por una de tantas  ironías que se prodigan en la Historia, hay que decir que las teorías de Juan de Mariana tuvieron cumplido eco en Francia, hasta el punto de que inspiró a los ideólogos de la Revolución francesa. No somos capaces de inferir si su obra resultó de relevancia para lo que ocurrió con Luís XVI, aunque lo que sí está acreditado es que el padre Mariana dio nombre al símbolo de la I República: la Marianne– como dicen los italianos… vendetta è un piatto che si serve freddo…- 

En todo caso, y tal como señala la experta francesa Florence Gauthier: "La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, de 1789, es un texto que condensa la teoría política propia de la tradición que había unido a figuras como Mariana y Locke"


 


Otras disciplinas científicas

Menos conocidas por el público en general, hay que señalar que en la Universidad de Salamanca también se impartieron disciplinas científicas, como podía ser Astronomía, donde los estudiantes tenían un temario que incluía por ejemplo a Copérnico.

Otros integrantes de esta Escuela también trataron las ciencias naturales, la poesía (como Fray Luis de Leon), la música, las matemáticas o la geografía.

Entre sus docentes contaban con el antes mencionado erudito Domingo de Soto, que fue el primero en establecer que un cuerpo en caída libre sufre una aceleración constante, siendo éste un descubrimiento clave en física, y base esencial para el posterior estudio de la gravedad por Galileo y Newton. O el encargo que recibieron del Papa Gregorio XIII de sustituir al calendario juliano -creado por Julio César 46 años antes del nacimiento de Cristo- que estaba desfasado respecto a las estaciones; y dando lugar al Calendario Gregoriano.

Por su especial interés, y por el desconocimiento general que existe sobre la autoría de este Calendario, entresacamos aquí la descripción del episodio descrita en el libro “Música, teoría y matemática en el Renacimiento” -Ediciones Universidad de Salamanca, 2014-…:

“El toledano Pedro Chacón (1527-1581), matemático, latinista y teólogo, figuró entre los humanistas más destacados de la Universidad de Salamanca. Chacón se trasladó a Roma, donde el papa Gregorio XIII le encomendó, junto a otros sabios, la reforma del calendario. Aunque el mérito final suele atribuirse al germano Cristóbal Clavio ​y al italiano Luigi Lilio, la intervención del matemático español fue de gran importancia. Hay otro punto clave: las propuestas que remitió la Universidad de Salamanca en 1515 y en 1578 (esta última con la participación de profesores como Diego de Vera, Cosme de Medina, fray Bartolomé de Medina, fray Domingo Báñez, fray Francisco Alcocer, fray Luis de León, Gabriel Gómez y Miguel Francés). «La opinión salmantina del año 1515 ‒escriben Ana María Carabias Torres y Bernardo Gómez Alfonso‒, a la que Luigi Lilio se limitó a añadir las tablas-guía para la celebración futura de la Pascua, fue la que básicamente resultó confirmada por el pontífice en 1582, en la publicación del calendario gregoriano, hoy convertido en calendario civil de la humanidad»” 


Pero estos últimos apuntes científicos sólo son el comienzo de lo que nos espera…


FUENTES UTILIZADAS

La Escuela de Salamanca del siglo XVI: algunas contribuciones a la ciencia económica. ANTON ALEXANDROVICH AFANASYEV. 2015

La Escuela de Salamanca y la interpretación histórica del Humanismo renacentista español. Jorge Roaro. Disputatio. Philosophical Research Bulletin 4 (2014), pp. 189-261

El Pensamiento Económico De La Escuela De Salamanca. Jesús L. Paradinas Fuentes. Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia

https://twitter.com/BECAES_/status/1149747964522434561 

https://es.wikipedia.org/wiki/Escuela_de_Salamanca

http://spainillustrated.blogspot.com/2012/01/universidad-de-salamanca.html 

http://spainillustrated.blogspot.com/2012/03/la-escuela-de-salamanca-la-fundacion-de.html

http://spainillustrated.blogspot.com/2012/03/escuela-de-salamanca-la-fundacion-del.html 

https://mises.org/es/wire/los-verdaderos-fundadores-de-la-economía-la-escuela-de-salamanca

http://www.mises.org.es/2012/01/el-erudito-extremista-juan-de-mariana/

https://bibliotecahistoricausal.wordpress.com/2020/03/30/el-origen-salmantino-del-calendario-gregoriano/

https://twitter.com/themarquesito/status/1235486273168715776

https://twitter.com/BuenoEnfurecido/status/1206258104540844032

https://www.fundacionvillacisneros.es/historia-de-espanha/domingo-de-soto-el-precursor-a-los-trabajos-de-galileo-y-newton/

 

 


“Lo que hacemos para ser amados”. Leído en algún episodio del Sandman, de Neil Gaiman